jueves

Volver.

La caminata era larga hasta tu casa, ni siquiera se porque estaba yendo! Después de como te reíste de mi por tanto tiempo...
  Estaba un poco perdida, ¿Cómo no iba a tener miedo? hace 1 año que no te veía mas que en fotos, o en mi mente.
  Llegué al fin, a la puerta, estaba decidida a... ¿a qué? no tenía nada en mente, solo quería besarte otra vez.
  - Llegaste! - Me abrazaste fuerte cuando abriste, sentía tu respiración en el cuello, como tantas veces. - Pasá...
  Estabas solo en casa, todavía me acordaba de esas paredes; de los cuadros, de tu cama.
 - ¿Cómo has estado, Marina? 
  Yo te miré en silencio. Hace 1 año que lloro por vos, ¿Qué puedo decirte?
 - Estoy bien... ¿Y vos, Felipe?
 - No me puedo quejar... ¿Seguís con este chico...
 - ¿Ariel? No... ya no 
 - Ah, yo sigo con Francisca.
 - Ah. 
 Cebaste mate, comimos unas facturas y nos miramos. Buscando un dejo de humanidad en nosotros, algo que quedara, una pequeña chispa de ese amor que antes brillaba mas que las mismas estrellas.
  Puse mi mano sobre la tuya, y la acaricié... necesitaba sentir tu piel una vez mas.
 - Marina... tengo novia
 - Eso debería importarte a vos, no a mi. ¿Para qué me invitaste a venir? 
 Te quedaste en silencio, me agarraste la mano y te la llevaste a los labios. La besaste y luego me miraste fijo.
 - Extrañaba sentirte cerca de mi. 
 - ¿Todavía me querés? 
 - Nunca dejé de hacerlo. 
 Me levanté de la silla y me miré en un espejo. Tenía ojeras, estaba algo gorda...
 - Me querés, me extrañas... ¿Estoy en lo cierto? 
 - Si. 
 Me di vuelta, con los ojos llorosos y la voz quebrada pregunté:
 - ¿Por qué no estás conmigo, entonces? 
 - No todo es tan simple... 
 - Nunca nada lo es para vos. 
 Tomé mi bolso, sabía que siempre dejás la puerta abierta, te besé la mejilla y me dispuse a salir.
 Cuando llegue a la puerta, te escuché detrás mio
 - ¿Te voy a volver a ver? 
 - No todo es tan simple.- 



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