Te juro,
Ezequiel, que si tuviera que soltar tus manos en un momento así, sentiría que
una parte de mí se iría para siempre con ellas, en el calor que se escapa en
las crudas palabras que tenemos que decirnos.
Te juro
que me gustaría no tener que irme nunca de tus brazos, aunque eso implicara
sufrir el malestar de ser amada por vos. No puedo culparte, eras un inexperto así
que no sabías cómo reaccionar ante ello, ante un calor sincero y ciertamente
puro, quizás yo te pedí demasiado…
Me
gustaría haberme quedado a tu lado, Ezequiel, a tu lado para siempre. Pero vos
no me veías a tu lado, sino que siempre me colocabas detrás.
Me voy,
hace rato que me fui yendo de mí, pero no me podía ir de vos.
No
entiendo porque elegiste irte, Irina. Sé que nunca fui el mejor novio, quizás
me quería más a mí de lo que te quería a vos… pero hice lo posible por ser algo
decente para estar con vos, para tenerte.
No me podes dejar, Irina, no tenes derecho
a hacerlo. ¡Volvé acá, Irina! Yo no sé quién te metió en la cabeza la idea de
que me podes abandonar, sólo yo puedo, yo soy quien va a decidir cuándo se
termina nuestra relación; si es que decidiera que esto debe terminarse. No me
obligues a ser violento, sabes que no quiero hacerlo… no me gustaría ser eso
otra vez, Irina. Es tu culpa que lo sea. No me mires con esos ojos, dejá de
llorar, porque esto fue lo que vos provocaste.
Irina…
¡Irina! Respondé. Encima que te fuiste, ahora no me respondes… ¡Abrí los ojos,
dejá de dormir! ¿Cómo podés dormir cuando yo te estoy hablando? Deberías estar
haciéndome feliz… ¡Irina!
Yo no sé
quién te metió en la cabeza esas ideas de que podías ser libre, si vos siempre
fuiste mía, Irina... no puedo creer que sigas durmiendo. Estás pálida, además…
¿Te sentís bien? Seguro es psicosomático, te enfermaste por dejarme. Si, debe
ser eso.
Estoy
cansado de vos, de que no me respondas, que no te bañes… debe ser por eso que
este lugar está empezando a apestar. Además, seguís estando muy pálida, Irina,
¡No me hagas preocuparme! Hace más de 10 días que no hablás… ¿Te sentís bien?
¡Vos me
obligaste a ser violento, Irina! Es lo que vos te buscaste… yo sólo quería lo
mejor para vos. Y lo mejor para vos era dejarme, entonces lo hice. Te ayudé a
dejarme, dejando la vida a su vez.
Sólo yo
puedo, yo soy quien va a decidir cuándo se termina nuestra relación; si es que
decidiera que esto debe terminarse…
No hay comentarios:
Publicar un comentario