miércoles

El fin.

Habíamos quedado en vernos un jueves, yo salía de alguna de las actividades en las cuales me desarrollaba y partí hacia el lugar fijado para el encuentro (tan esperado por mí). 
       A las 6 estuve en el afamado "lugar de siempre", dónde te conocí una tarde donde llegué muy tarde... y por lo visto ahora era mi turno de esperar. 
     Pasaron un par de minutos (osea, media hora) pero a mi no me importaba, hubiera dado la vida y mucho más por solo volver a verte. 
    Te llamé, me atendió tu hermano... me dijo que no estabas, y que no habías llevado el celular. Está bien, me comí la tristeza y caminé las 7 cuadras que me separaban de casa conteniendo las lágrimas. 
     Más tarde me pediste perdón de todas las maneras existentes, pero no hiciste nada para verme... y hasta el día de hoy es así! 
   ¿Sabés qué? CHAU, loco, ¡Me cansé de vos!


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