Lo que pasó con nosotros fue que yo siempre era la que tenía que ceder. Lo nuestro siempre se trató de mi siendo una chica modelo, que siempre sonreía y estaba dispuesta a darte amor cuando vos lo precisabas. Y de vos, siendo simplemente lo que sos. Osea, un idiota.
Y no me arrepiento de nada de lo que vivimos, aunque me consumiste el alma un poco mas, como un cigarrillo que va desapareciendo hasta convertirse en nada. ¡No me arrepiento!
Y entre todas las cosas de las cuales NO me arrepiento, está el decirte adiós.
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