miércoles

camas I.

Nos encontramos cara a cara por fin. Vos, la cama, y yo. No importa nada más. Somos ambos muy inteligentes, ambos demasiado cultos; demasiado insoportables para este mundo mediocre.
  Pero nada importa acá. No importa tu licenciatura en matemática, porque no necesito saber la superficie de la cama, si te puedo amar de cualquier forma.
  No importa todo lo que leí alguna vez... si Cortazar o Borges, Christie o Walsh, no me van a decir la mejor manera de hacerte mio.
  Mirarte a los ojos mientras estás sobre mi, piel con piel, esa gran extensión de eternas sensaciones y placeres... ese momento es como hundirse en una gran pileta con la temperatura justa, es sentir como todos los pesares abandonan el cuerpo y se llena absolutamente todo de gozo.
  No necesito piedad, no quiero que me trates como dama, en la cama esas cualidades se pierden, estamos los dos tan vulnerables, tan desnudos; tan simples. Somos como niños descubriéndose el uno al otro, y a la vez a si mismos.
  El tiempo no corre, los minutos se mueren cuando tu lengua atraviesa mi garganta. Se muere todo en mi, y vuelvo a nacer.

1 comentario:

  1. Excelente!!!, Que buena descripción de las personas y el momento.

    ResponderEliminar