domingo


Todas las noches me la pasaba en el balcón, buscando en las estrellas el brillo de tus ojos.
Todos los días los pasaba en la montaña, buscando en el reflejo del sol la calidez de tus besos.
Me pasé toda mi vida, buscando. Buscadote a vos.
Sucedió que durante una de esas noches eternas gritaste a los cuatro vientos que te sentías confundido, pero que aún así me amabas.
Pero no podías afirmar que yo fuese la única.
Pero si quizás, confirmar; que sí era la primera…
Y salí otra vez al balcón, y busqué el brillo de tu mirada en el firmamento, aunque me constase verlo por la niebla de mi llanto, ahí seguía. Mirándome, iluminándome la vida.
Y como esa luz y ese calor, esas montañas y esa luna todavía me hacían sentirme como ninguna, como la única, como tu amor, yo te espero. 

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