sábado

El beso inevitable.




  Ese momento en que ambos nos dimos cuenta de que ya no queríamos parar. De que no podíamos parar.
  Estábamos ahí, sentados, tomando unos amargos. Al principio yo te esquivaba la mirada, tenia vergüenza, no se de que. Supongo que de verte a los ojos, de que te dieras cuenta de que no podía contener mis ganas de tirar el mate por la ventana y lanzarme a tus labios.
  El perro nos miraba inquieto, creo que se daba cuenta de la tensión que había entre nosotros, de que nadie se animaba a dar el primer paso.
  Pero hubo un momento en que el miedo al rechazo desapareció, y solo quedaba el deseo.
  La primera piedra la tiraste vos, te acercaste a mí mirándome a los ojos, proclamando que deseabas besarme, y solo te pude contestar sin emitir ningún sonido.
  El primer beso. Suave, tímido, delicado, como una flor que aun no se anima a crecer del todo. Solo tocando nuestras bocas, las manos no saben hacia donde ir, aun desprovistas de valor, se acomodan las mías en tu nuca y las tuyas en mis mejillas.
  Te sentas a mi lado, nos besamos hasta perder el aliento, la conciencia, hasta perder todo para ganar mas.

  Eso, eso es el beso inevitable. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario