lunes

La marca.



    Era un día como cualquier otro, quién podría saber que iba a volver a verte. Me dijeron que ibas a venir, y disimulé la sonrisa, pero sonrío todo dentro de mí.
    Te vi, te abracé. Había pasado tanto tiempo, pero ahí estabas. Con tu aroma, el que jamás pude sacarme de la piel, tu sonrisa, tu hermosa mirada.
    Tenía timidez al principio, miedo, como si fuera la primera vez que estaba con vos. Me alejé un poco, pero todo el cuerpo me empujaba a tocarte. De pronto rozaste mi mano, una electricidad corrió en mi, desde el corazón a los dedos…
    Otra vez te sentía. Otra vez tu mano fundiéndose en la mía, como el hielo de mi corazón que se había congelado por alejarme de vos.
    Sentir tus labios de vuelta fue una bocanada nueva de aire que me renovó por completo. Llenó todo el ambiente, ese ligero roce, esa sonrisa de por medio. Ese deseo de no soltarte jamás.
    Tus abrazos, tu aliento, tu sonrisa, tus palabras, tu voz. Todo en voz era tal como lo recordaba, puro, sincero; sin dobles caras. Con ese amor, el que tanto había extrañado.
    No te alejes tanto de mi… no me dejes, no me sueltes, puedo enloquecer. Sin tus caricias… ¿Qué va a ser de mi?. Tantas estrofas, tantas canciones, tanto de todo viene a mi con tan solo tenerte cerca, y oírte respirar.
    Pero en un momento, nos tuvimos que separar. Pero sin embargo, esos besos, esa piel, todo en vos, está marcado en mi como un tatuaje que jamás quiero borrar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario